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En O Portelo encontramos
algunas de las cumbres más altas de la sierra
Mapa de la
ruta en bicicleta por la Sierra de Ancares
Durante la
ruta hay muchos lugares donde parar y admirar el paisaje
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La Sierra de Ancares (Lugo)
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ITINERARIO
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Km
0 O Portelo Comenzamos la ruta en el puerto de O
Portelo, por la carretera que se dirige hacia la población de Doriás
y los Ancares de la provincia de Lugo. A 300 metros dejamos la
carretera por una pista de buen firme que sale por la derecha con la
indicación Cereijedo.
El puerto de O Portelo marca el inicio
de la cuerda de la sierra de los Ancares en su sector occidental,
extendiéndose a lo largo de treinta kilómetros hasta el puerto de
Ancares, donde toman el relevo las sierra asturianas de Borde y
Rañadoiro. En el sinuoso y encrespado camino de la cuerda de los
Ancares se encuentran las principales cumbres gallegas, como O
Mostallar, que con sus 1935 m es el techo de Galicia. Otra montaña
emblemática de los Ancares es el pico Tres Obispos (1.795 m), que
debe su nombre a las reuniones que, según cuentan algunas historias,
llevaban a cabo los obispos de las tres provincias que lindan con
los Ancares. Conocidas por montañeros y senderistas son también las
cumbres Peñalonga (1.878 m) y Corno Maldito (1.860 m).
Km
1 Cotrellón Bifurcación. Dejamos una pista a la
derecha y seguimos de frente. Esta pista excelente que dejamos a la
derecha discurre por la cuerda de la sierra de los Ancares
recorriendo sus cumbres y goladas, y es una buena opción a tener en
cuenta para realizar en otro momento y disfrutar de los paisajes de
valles y pueblos de las dos vertientes de la sierra. Una opción que,
por la falta de masa forestal y la escasez de agua, conviene llevar
a cabo fuera de los calurosos días de verano.
En el
kilómetro 2,3 hay bifurcación. Dejamos a la izquierda la pista que
recorre las últimas estribaciones occidentales de la cuerda de la
Sierra de los Ancares hasta el alto do Cotrellón, y seguimos por la
derecha.
Km
6 Porcís Bifurcación. Al final de la bajada
llegamos a la pista que se dirige a la aldea de Porcís y seguimos
por la izquierda. Sin darnos apenas cuenta, salimos de un paisaje
con grandes horizontes y nos metemos de repente en un mundo de
sombras muy negras que producen enormes castaños y robles. Los pocos
rayos del sol que consiguen llegar hasta el suelo del camino hacen
resaltar aún más la graciosa magia vegetal del entorno. Si tenemos
la suerte de recorrer estos fantásticos caminos en otoño, la
impresión será más impactante por la belleza natural que cubre los
bosques de hoja caduca en esta época del año.
Km 7 Casa do Muín Bifurcación en la
Casa do Muín. Al salir de la curva, justo a la altura de la última
casa, vemos un camino muy empinado por la derecha, seguimos unos
diez metros hasta donde comienza el asfalto y tomamos este otro
camino que también sale por la derecha y es muy empinado.
El
desnivel del camino obligará a más de uno a bajarse de la bicicleta
y subir caminando. Entonces verá a su lado enormes troncos
retorcidos que llevan cientos de años cubriéndose de musgo cada
primavera. Podrá mirar hacia la claridad del cielo y lo verá muy
alto, muy lejos de este mundo de luces y sombras. El pueblo se
intuye muy cerca pero todavía no lo vemos. Se oye y se huele pero no
se ve. Pensamos que sus pobladores son gente muy solitaria para
esconderse de esta manera, para levantar sus casas en semejante
cuesta.
Km 8 Vilanova
do Pedregal Llegamos a Vilanova do Pedregal. Atravesamos la
aldea hacia la parte alta y seguimos por una pista muy evidente
entre muros de piedra y castaños gigantes, para comenzar la subida
fuerte de la ruta.
Desde lejos veíamos sus tejados de
pizarra, sus prados cerca de las casas y realmente parecía un lugar
más animado, pero al entrar en la población por la tremenda cuesta
nos reciben voladizos de madera, vetustos hórreos y algunos rostros
cuarteados que saludan en silencio a los ciclistas. Los habitantes
de estas pequeñas aldeas viven a su ritmo y no se alteran demasiado
por la visita de unos viajeros ciclistas. Vemos rústicas
construcciones donde conviven en armonía animales y personas, eso
sí, repartidos cada cual en su lugar porque en los Ancares el animal
doméstico está muy cerca de sus amos. Los hórreos son de influencia
asturiana y sirven prácticamente para lo mismo, es decir, como
despensa para proteger de roedores y humedad el maíz, las patatas y
otros alimentos que son la manutención de todo el año. Vamos
atravesando la población hacia la parte alta y justo a la altura de
un pajar que nos llega por la cintura comienza la pista que nos va a
conducir hasta la cuerda de la sierra.
Km 10 Madre de Agua Sin dejar este
duro camino, conectamos con otra pista donde giramos a la derecha
para subir hasta las suaves cumbres de los Ancares. 2.200 metros más
adelante, pasamos por el paraje Madre de Agua, donde encontramos
agua y frescor antes de atravesar la sierra. Seguimos por el mismo
camino.
Km
14 Chandevillar Bifurcación importante. Antes de
bajar al collado O Pau dejamos la pista de la cuerda y giramos a la
izquierda para entrar en los Ancares leoneses. Si seguimos la pista
de la cuerda llegaríamos al cruce del km 1 en unos 5 kilómetros, una
opción para terminar antes la ruta por cualquier motivo como lluvia
o avería. En el kilómetro 17,5 llegamos a Villariños. Cuando estemos
en la calle principal de la población giramos a la derecha y, sin
perder altura, conectamos con el camino de Chandevillar.
Algunos historiadores aseguran que las pallozas o
“pallazas”, como las llaman en la parte leonesa, son de origen
neolítico y realmente han evolucionado muy poco en el transcurso de
los siglos. La planta de estas rústicas construcciones, que todavía
podemos ver en numerosos pueblos de los Ancares, es circular, con
las paredes de piedra y la techumbre de paja. Gruesos muros de
piedra y varias capas de paja para aislar la vivienda del frío
durante los largos y nevados meses de invierno. La entrada da acceso
a una sala o “lareira” con el horno en el centro, donde se pasa la
mayor parte del tiempo. A un lado de la lareira se encuentran los
dormitorios, al otro un primer establo para el ganado menor y a
continuación otro establo para el ganado mayor. Entre los muros de
piedras milenarias brota la adormecida esencia que alimenta de
primitivo poder a los peregrinos del siglo XXI.
Km 14 Cuerda de los Ancares Llegamos
a la cuerda de la Sierra de los Ancares y giramos a la derecha. En
este lugar podemos ver una buena parte de la pista que hemos
mencionado y que recorre el perfil longitudinal de la sierra de los
Ancares. También vemos el paisaje característico de los montes que
configuran el parque natural de los Ancares, montes que en pocas
décadas han sido despojados de su manto vegetal, de sus bosques
originales de acebos, abedules y robles acabando al mismo tiempo con
las poblaciones de lobos y osos. El aislamiento de los Ancares y su
carácter de comarca deprimida social y culturalmente, ha favorecido
las talas indiscriminadas de sus masas vegetales, dejando el 50% de
sus relieves a merced de las especies de matorral, lo que indica una
clara regresión del bosque autóctono.
Km 20 Castaño de los Cien
Caballos Recorremos un frondoso camino y encontramos una
bifurcación antes de llegar a Chandevillar. Giramos a la derecha.
Si en las callejuelas de Villariños nos hemos perdido en el
tiempo, en el camino de Chandevillar nos vamos a perder en el
espacio si dejamos escapar un poco los sentidos. El roble, el
acebo y el tejo son las especies vegetales autóctonas más
significativas de los Ancares, pero este sensible viajero ciclista
las mayores impresiones las ha tenido con los castaños. Fue muy
famoso un ejemplar del Etna, conocido como Castaño de los Cien
Caballos, porque se afirmaba que bajo su copa podía refugiarse un
regimiento.
Km
23 Ruideferros Ganando altura muy despacio
llegamos a Ruideferros. Atravesamos la población en la misma
dirección y seguimos de frente a la misma altura por una senda
estrecha y en ocasiones poco visible. A partir de esta aldea viene
un tramo algo complicado por la vegetación y el firme del
camino.
Km 24 Senda de
brezos Bifurcación. Dejamos un carril que desciende desde la
cumbre del monte que tenemos a nuestra derecha y seguimos de frente.
El mejor consuelo para seguir avanzando en este camino de
brezos, escobas y retamas es que estamos contribuyendo a revitalizar
una antigua senda trazada por los habitantes de estos pueblos para
comunicarse entre ellos. Una comunicación natural al margen de la
vida en otros valles y otras comarcas. Seguramente en el futuro se
despierte la conciencia del ser humano y deje de maltratar el medio
ambiente, los bosques surgirán de nuevo y, entonces, estos caminos
volverán a ser la mejor manera de conocer de cerca el espacio
natural de los Ancares.
Km
26 Fuente de la Oliva Atravesamos una zona muy
complicada por la vegetación, especialmente si hay muchas zarzas,
que son las que de verdad molestan. Llegamos a Fuente de la Oliva y
seguimos por la pista principal.
Este camino se está
recuperando para utilizarlo en actividades de turismo activo y
tiende a mejorar, pero es posible que durante esta temporada todavía
tenga algunos tramos inciclables en la parte del arroyo. También
depende de la estación del año, por la cantidad de vegetación con la
que tendremos que luchar. Aunque no hayamos pasado sed durante la
ruta, la fuente, la plaza y el sosiego de la población acogen bien a
los viajeros ciclistas; alguno aprovechará para sacudirse con agua
alguna “caricia” de las zarzas.
Los que quieran refrescar la
garganta con algo más que agua también lo tienen fácil en el bar de
la plaza.
Km 29 O
Portelo Bifurcación. Giramos a la derecha. A 800 m pasamos
por Castañeiras y llegamos al puerto de O Portelo, donde finaliza el
itinerario.
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DATOS TÉCNICOS
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SITUACIÓN: Sierra de Ancares, Lugo y
León DIFICULTAD: Máxima RECORRIDO kms.: 30 km
EPOCA: Todo el año, menos cuando nieva COTA
MÍNIMA: 900 m COTA MÁXIMA: 1.400 m PORCENTAGE
CICLABILIDAD: 98% PENDIENTE MÁXIMA: Alguna rampa del
14% CARTOGRAFÍA: Mapa 1:50.000 del IGN
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